… casi saca un disco feat con Leo Mattioli, tiene un bailarín que lo mueve sabroso, un tecladista que vuela sobre el escenario y algunas cosas más sobre cumbia santafesina que conocí estos últimos días.
Un texto de Nicolás Ghigonetto
Parte 1: 2022
1.
El año pasado, fui a Santa Fe a pasar 15 días en Rincón, en Residencia Curadora. El objetivo era laburar con Francisco Bitar un libro de cuentos que, por ese entonces, estaba armando. Anoté en mi libreta:
2.
Cuatro residentes y dos dueños del lugar convivimos en una misma casa.
Los primeros días tuve un resfrío que parecía covid. Lo traté de ocultar con Refenax, hasta que finalmente le confesé del malestar a mi compañera de habitación.
–Tranqui, comé caramelos de eucaliptus y se te pasa –me dijo
3.
Escribí poco y nada. Me levantaba a cualquier hora y me preparaba dos tazas de café. Recién allí leía un poco algún libro de Bitar. Los talleres eran cada dos o tres días y el resto del tiempo había que ocuparlo trabajando.
4.
La cumbia santafesina llegó a mí a través de una geografía. Nací en Isla Verde, un pueblo que se sitúa al sudeste de Córdoba, a 30 km del límite con Santa Fe. En la frontera, las radios pasan cuarteto y cumbia en dosis similares.
Le pedí a los dueños de la casa que me ubicaran un poco adónde estaba el cementerio donde se encuentran los restos de Leo Mattioli: Lar de paz.
–Está en la otra punta de la ciudad –dijeron.
5.
Les conté que también quería visitar la casa de Leo que está en Candioti 4040, en Santo Tomé. Se ofrecieron a llevarme a este último lugar porque les quedaba de paso a su trabajo.
6.
Me perdí de ir al Cementerio y a la casa de Leo la primera semana por mi resfrío. Al comienzo, era fuerte. El viernes ya estuve mejor. Mucho mejor.
7.
Rincón es un pequeño pueblo que está a media hora en auto de la capital de la provincia. Tiene algunas despensas, otras farmacias y una distribuidora de bebidas alcohólicas que frecuentamos. Muchos habitantes de la ciudad se hacen sus casas allí para escapar del cemento y el ruido. El sábado fuimos lxs cuatro residentes a la ciudad a buscar cemento y ruido.
Comimos en un lugar que tenía buena oferta de vermut y después pasamos por un bar de música electrónica. Para entrar, tenías que mover una biblioteca corrediza, como en los juegos de terror.
8.
Tipo 1 de la mañana se me calentó el pico. Había anotando en mi libreta Vecinal Barranquitas porque allí tocaba el Brujo Ezequiel el sábado 20 de agosto. Una sola de mis compañeras de Residencia me acompañó, la Ro. Nos fuimos desde el centro de la ciudad de Santa Fe en remis. Primero el tipo nos vuelteó, nos llevó a un lugar que figura en Google Maps como tal pero que funcionó en otra época o nunca funcionó. Después de volver a buscar la dirección, se hizo el que entendió y fue derecho hacia la vecinal.
Había bastante gente. Las entradas eran vendidas por una persona que las ofrecía en la cola, le pagamos y nos dio dos. Nos sacamos una primera foto sosteniéndolas. En ellas está el Brujo señalando con el dedo índice hacia el frente, con un traje metalizado, el mismo que un ratito más tarde usará en el escenario.
La foto da lástima y vergüenza propia y ajena pero la subo igual a las redes con la inscripción: acompañame a esta hermosa historia.
9.
El Brujo Ezequiel es un cantante de cumbia santafesina que nació en Barrio Centenario, atrás de la cancha de Colón. Empezó en Grupo Trinidad (el mismo en que se inició Leo Mattioli) y luego hizo su carrera solista. Lo particular del Brujo es que es de los pocos que componen muchas de las canciones que canta, su estilo es parecido al de Leo: yo le llamo “Romanticismo chancho”.
Lean esta letra, se llama Me provoca:
Cómo me gusta cuando me provoca,
Me vuelve loco cuando ella me toca.
Va muy despacio rozando mi cuerpo
Ya no respiro, me quita el aliento.
Cómo me excita su ropa liviana,
Casi desnuda tirada en la cama.
Su bello cuerpo parece un poema,
Tiene su boca el volcán que me quema.
Ya no resiste mi piel ese aroma
Que ella despide cuando me provoca.
Hierve mi sangre y a veces da miedo
Que un animal salvaje quiera devorar mi cuerpo.
Y ahora escúchenla en esta interpretación con Uriel Lozano. Una joya, los amo.
10.
El show la rompió. 50 minutos a puro hitazos que nos hicieron agitar todo el tiempo. Yo estaba sacado, compraba latas de cerveza sin terminar la anterior. Ro se reía. Nos pusimos frente al escenario, bien pegados a un parlante de dos veces mi tamaño. Quedé con un piiiiiiiii hasta el otro día. Hizo los temas que más me gustaban: Me provoca, Él no se compara conmigo, Esa mujer, Traigo una rosa, Me cuesta cumplir. Todos los videos que filmé son un asco porque canto arriba de las canciones.
Miren la cantidad de gente que había y la fiesta que fue.
Dos personas, además del Brujo, me llamaron la atención en el escenario: el tecladista que mientras tocaba bailaba más sacado que yo; y Conejirri, un bailarín que movía el culo de una manera tal que parecía que se le iba a salir.
11.
La semana siguiente tampoco visité ni la casa de Leo Mattioli, ni el Cementerio Lar de Paz. Igual, fíjense que alguien hizo esto último por mí y subió un video que da cringe.
Está raro.
Parte 2: 2023
12.
El 14 de junio la Ro me pidió que escribiera una nota para Charco sobre cumbia.
Se me ocurrió entrevistar a Ale Córdoba, el tecladista del Brujo Ezequiel. Le escribí por Instagram y me dijo que sí, que le contara un poco más de qué iba la cosa y que la hiciéramos. No sabía muy bien de qué iba a ir la cosa, porque no se me ocurrían muchas ideas, pero le apunté algunos temas que me interesaba que charláramos. Quedamos para el día siguiente, a las 16, hacer una videollamada.
13.
Chusmeen un poco al chabón de la guitarra que después pasa al teclado. Él es Alejandro Córdoba, tecladista del Brujo Ezequiel desde los 17 años. Hizo su ingreso gracias a que el que estaba en ese momento, Quique, se fue de la banda para armar su propio proyecto.
Ale vuela sobre el escenario, toda la noche se mueve y engancha las notas sin pifiar una.
Cuando le pregunté acerca de lo que fue empezar de tan chico en una banda, me dijo:
–Era un desastre, pero bue, no me arrepiento. Fue lindo y tuve la suerte de tener compañeros muy buenos, que en vez de apartarte, te ayudaban, te intentaban enriquecer con lo que sabían. No sólo en lo musical, sino más allá de subirte al escenario, hay un montón de factores como el respeto con el compañero, con los fans que vienen a saludar, la educación cuando vas a una gira, a un hotel, los horarios, la ropa en condiciones, todas cosas que aprendí de chiquito. Me ayudaron un montón.
14.
A los tumbos, como él dice, comenzó temprano en el mundo de la bailanta y no se arrepiente de nada. Ale estudió el Profesorado de Música en el Liceo Municipal de la Ciudad de Santa Fe. La orientación es la de música popular. Aunque sus preferencias musicales son de rock, la cumbia sonó desde que era chico en su casa.
Pasa que su papá es el Colorado Córdoba, representante del Brujo desde hace 20 años y dueño del sello Colo Music que ha producido discos memorables como El aguante de Mario Pereyra.
–El Brujo se va de Trinidad, se va a Buenos Aires y cuando vuelve, más o menos en el 2001, empiezan a laburar juntos. Desde ese momento, nunca se cortó la relación –me explica Ale.
La política de la banda es la de mejorar musicalmente, la puesta en escena, modificar el repertorio constantemente y, sobre todo, agrega Ale, respetar el esfuerzo económico que la gente hizo para estar ahí. Cuando le pregunto por los excesos que se rumorea que hay en las giras de los cumbieros, me cuenta:
–Yo tengo dos personalidades distintas, vos me ves arriba del escenario al palo, pero nunca me gustó salir, nunca me llamó la atención nada, ¿viste? Tenemos un grupo humano re lindo, super constituído, porque la mayoría hace 10 años que está, donde sí o sí debe primar el respeto y el amor mutuo, si no, no se aguanta. Todos los fines de semanas, si vos no te querés y no tenés buena química, es imposible. Nosotros logramos eso. Si bien es una banda super alegre, tanto arriba del escenario como arriba de la camioneta, somos super estrictos entre todos, alcohol cero, los horarios se respetan, somos rigurosos. Los Palmeras son nuestros referentes en cuanto a profesionalismo.
Ale llama al Brujo como Luis, porque el nombre completo es Luis Ezequiel Romero. De hecho, en Santa Fe, al Brujo le dicen Ezequiel, nombre que usaba para identificarse en sus comienzos. Quienes le decimos Brujo, lo conocimos más tarde.
–Tengo recuerdos del Brujo de chiquito, me pasaba a buscar con mi viejo en el auto en la escuela primaria. En casa lo trato de Luis y durante las giras, cuando trabajamos, es el Brujo –agrega Ale.
15.
Lo conocimos más tarde porque en 2019 tuvo un nuevo boom. Se debe a un streaming que hizo para el medio ATP de Santa Fe y explotaron las visitas en YouTube. Desde allí, pandemia de por medio, no pararon de subir materiales que fueron tendencia. Este video tiene 90k de visualizaciones. Tranqui 120 el Brujo.
16.
Sin embargo, el Brujo ya era conocido como Ezequiel por su paso por Grupo Trinidad, con el que grabó cuatro discos. Ninguno de ellos está en Spotify pero sí en YouTube.
Ezequiel antecedió a Carlos Fuyano y a, nada más y nada menos que Leo Mattioli, con quien tuvo una relación muy estrecha. De hecho, me cuenta Ale que el primer hijo de Leo –Nicolás– tiene como segundo nombre Ezequiel, por el Brujo.
17.
Hubo una disputa entre Leo y Ezequiel. Fue por un tema de Sandro que le llegó al primero a través de un representante para grabar. La canción terminó siendo primeriada por el Brujo. En este video Leo lo cuenta. Y esta es la versión que hizo el Brujo. ¿Cuál les gusta más?
Ale Córdoba, cuando le pregunté por esto, me dijo que no pasó nada, fue una cosa menor. Y me dio un datazo: Leo quería grabar un disco feat con el Brujo. ¿Se imaginan lo que hubiera sido eso? Lo tenés que escuchar con 70 litros de vino.
Leo quería hacer 10 temas del Brujo con la voz de ambos. Aparentemente, se cruzaron en un show y empezaron a puntear qué temas iban a grabar:
–Leo lo llama a Nico, el hijo, y le pide un lápiz y un papel para anotar los temas que iban a hacer. Me acuerdo que eran Me provoca, Él no es mi papá (canción que Leo tiene grabada en una versión acústica hermosa), Primer amor. Después pasó lo que pasó y no llegó el proyecto. Para mí es el tipo más talentoso que dio la música santafesina –comenta Ale.
Miren este show que encontré en YouTube en el que el Brujo saluda a la mamá y a la esposa de Leo.
18.
Hablamos con Ale sobre la manera de componer de Ezequiel y me dijo algo que me llamó la atención:
–El Brujo es uno de los mejores escribiendo. Pero ahora hace rato que ya no escribe nada. Si bien viene con obras, con composiciones, todas son viejas. Tenemos un montón de material, discos, excelentes canciones que él creó y nunca salieron a la luz. Las estamos modernizando ahora y están funcionando bien.
Empiezo a moverme para conseguir el teléfono del Brujo y preguntarle por qué no está componiendo.
Sobre el proceso me dice:
–Cada dos por tres trae la letra, toca la guitarra, sabe la armonía básica y, junto con Fabio que es el acordeonista, empezamos a ponerle el estilo de él.
19.
Le pregunté a Ale por qué no vienen nunca a Córdoba a tocar. Buscaba que me dijera que hay una mafia del cuarteto que no los deja entrar a la ciudad. Me decepcionó diciendo:
–No, no hay público suficiente.
De todos modos, tanto el Brujo como él, son fans de muchos cuarteteros de la vieja escuela: Sebastián, Pelusa, Chebere, el Negro Videla. Me confesó que su conocimiento de estos artistas es por recomendación de Ezequiel, que canta muchos temas que también hace Pelusa: Esa mujer, Nostalgioso Corazón.
20.
Le escribo a Juan Pablo, alias Conejirri.
21.
Dos días después le consulto si hará la entrevista.
22.
Mientras me contesta Conejirri miren este video donde lo mueve sabroso:
23.
Mientras sigue sin contestar Conejirri, escuchemos el primer disco de Ezequiel con Grupo Trinidad. Una joya.
24.
Debo entregar la nota y ni Conejirri, ni el Brujo me contestaron para hacer la entrevista. Quedará para la próxima saber por qué Ezequiel ya no escribe canciones.
Estoy en deuda con ustedes.
Mala mía.