Crónica de los últimos años de la Marcha y el reciente surgimiento de la Mesa del Orgullo en Santa Fe, en lucha por el deseo de ser otra humanidad. Por Agustina Lescano.
En Santa Fe hay Marcha del Orgullo desde 2006. Con algunas discontinuidades en la organización, se abrió paso en la agenda local de las luchas sociales como un día de denuncias, reclamos y celebración de las disidencias. En lucha por el deseo de ser otra humanidad, la militancia LGBTIQ se expande dentro de un proceso de recambio generacional y transversalidad política. Charco entrevistó a Victoria Stéfano, Josefina Zweifel, Facundo Santos y Leandro Wolkovicz, referentes del colectivo, para hacer una crónica de los últimos años de la Marcha y el reciente surgimiento de la Mesa.
El enojo y el cuidado: por la agenda afectiva
Un hito en esta historia fue la Marcha del 2016. Se hizo a la tarde del domingo 20 de noviembre, fecha elegida por dos militantes, una travesti y una lesbiana. Cuando algunes referentes del colectivo LGTBIQ y otres activistas que venían de agitar el Matrimonio Igualitario y la Ley de Igualdad de Género se enteraron de la decisión, se empezaron a mover para sumarse a organizar y a discutir en torno a la Marcha. Finalmente, después de varias reuniones y roscas por distintos medios, la concentración salió desde el Puente Colgante hacia el Faro de la Costanera Oeste, donde se montó el escenario. Después de la lectura del documento empezó el el festival, con show de Las Anderson, circo callejero con Ru Ven Ungar, Mariano Crippa y el cierre con las canciones de Bife.
“No fue más que el enojo lo que llevó a un montón de organizaciones a que se encontraran armando una Marcha del Orgullo después de cinco años”, explica una de las que había puesto la fecha, Victoria Stéfano, activista trava, referente de La Poderosa, estudiante de Historia y escritora. Algunos lugares de encuentro de la comunidad LGBTIQ eran el local de la Juventud del PS (hoy Igualdad y Participación) y los festivales organizados desde Radio Orgullo. “Muchos de los sectores militantes alejados de alguna manera, sobre todo por la clase, estuvimos discutiendo un montón de cosas ahí, que fue lo que después estructuró lo que hoy es la Marcha del Orgullo”, recupera la Vicky.
Arriba del escenario de 2016 hubo funcionarias y funcionarios de los gobiernos municipal y provincial que tomaron el micrófono. Ya en 2017, la comisión organizadora planteó que la participación del Estado en la Marcha sea la de apoyar económicamente. Por amenaza de lluvia, la caravana de ese año salió del Puente para llegar a leer el documento en el Molino Franchino, que explotaba de gente. El festival era en Demos y el lugar no tenía capacidad para tantas personas.
Mientras el micrófono cambiaba de mano con algunas malas ondas y voló una trompada; abajo, la encargada le dijo al del sonido que desarme, tal como estaba previsto, sorda al pedido de la organización de que el festival se hiciera ahí mismo, donde ya estaba todo el mundo. La Marcha fue desde Bulevar hasta el centro, hubo cola de más de una cuadra para entrar y la noche explotó bailando con Sudor Marika en corpiño, en cuero, en tetas.
En 2016 se empezó a notar un recambio generacional en la comisión organizadora de la Marcha, que en 2018 tuvo uno de los recorridos más largos de las manifestaciones de la ciudad: salió desde el Hospital Iturraspe y llegó a Casa de Gobierno, para bailar, para brillar, para exigir cupo laboral trans. Une de les más jóvenes que se acercó fue Facundo Santos.
Hijo de una militante social, Facu siempre estuvo cerca de espacios en los que se habla de la defensa de los derechos humanos y de feminismos, y fue cuando se encontró con la perspectiva de la disidencia que se sintió interpelado. Empezó a militar en el Centro de Estudiantes de la Escuela Mantovani y se fue metiendo con sus compañeres en el Movimiento de Estudiantes Secundarios Organizados (MESO) y el Frente en defensa de la ESI, “sin perder la memoria desde la política que nos parió, de dónde venimos, pero sabiendo que ciertas estructuras no nos cabían”, cuenta, entrevistado por Charco. Hace un par de días volvió del viaje de quinto año y sorprendentemente no está afónico.
“Comparando con lo que me pasaba a mí cuando entré a la secundaria, hoy hay más apertura al mostrarse, al decir ‘soy esto’. Mis compañeres y yo lo teníamos un poquito pero no nos animábamos tanto”, pone en perspectiva Facu. Le interesa acercar la militancia de las generaciones anteriores a las de hoy y “que les pibes encuentren un espacio donde puedan estar cómodes más allá de una escuela donde les atacan o una familia que excluye, no entiende y no nos acepta; generar herramientas que permitan disfrutar de la escuela”.
Cuando se sumó a las reuniones de la comisión organizadora se encontró con que pese a ser un espacio disidente, en el grupo permanecían lo que él llama “lógicas de la política tradicional”. “Nunca tuve problemas en decir ‘bueno, sí, empecé hace dos meses pero me parece que estas lógicas no me gustan, o esto no está bueno… lo podemos hacer de otra forma, ¿por qué no?”, dice.
Con distintos momentos de participación, habitan la Marcha todos los tintes políticos de la ciudad, menos el radicalismo: Igualdad y Participación, Mala Junta, el peronismo en todas sus vertientes -el Movimiento Evita, La Cámpora, el PJ, El Hormiguero- Translúcidxs, el PO, el MP La Dignidad, el PS, el PC, el PCR, el PTS, organizaciones territoriales, sectores universitarios y una gran parte de independientes.
“Creo que si hay una apuesta de vanguardia es cómo habilitamos el hecho de habitar la política desde un lugar más afectivo, donde cuidar nuestros vínculos sea un eje mucho más ordenador de esas formas de hacer política, y que no tienda a la destrucción de los sujetos que ya estamos dejando de lado un montón de cosas para habitar esos espacios”, aporta Vicky, en línea con el deseo de cambiar las dinámicas del derecho de piso y el rosqueo cerrado.
Entre les tres se acuerdan de una anécdota de las reuniones de la comisión: “discutíamos el cupo laboral trans y un chabón hetero cis autoproclamado independiente dijo que ‘el cupo sigue siendo funcional al capitalismo’. La Vicky le respondió: ‘¿osea que las travestis somos culpables del capitalismo?’”, cuenta Facu. Leandro Wolkovicz, Lele, activista gay, parte de la organización del Orgullo y estudiante de Ciencia Política, suma otra: una situación de discriminación en la que hubo que pedirle que se retire a un compañero que había descalificado a otre. “No tuvo que ver con algo punitivista si no con que no sea la persona que recibió la descalificación la que se vaya, y que pueda venir otre compañere del espacio, si se quiere seguir participando”, cuenta.
Retomando a Marlene Wayar, autora de Travesti, una teoría suficientemente buena, Vicky señala: “ahora la heterosexualidad sostiene discursos contra el punitivismo, ahora que quienes pueden ir presos son los heterosexuales. Hay un claro desafío, un claro horizonte, y las disconformidades tienen que ver también con la ausencia o carencia de políticas de cuidado, de habitar sanamente esos espacios”. Habla de la necesidad de la militancia LGBTIQ de encontrarse para trabajar las formas de vincularse y los recorridos históricos, ideológicos y políticos. La agenda afectiva aparece como un eje urgente para “dar ese salto político y dejar de cargar con cadáveres”, define.
Hacerle frente al odio
El viernes 22 de junio de 2018 llegaba a Santa Fe la presidenta de la Red Pro Vida de Ecuador, Amparo Medina, para dar dos charlas en la Universidad Católica de Santa Fe con el título de “Ideología de género. Mitos y verdades”. Una, destinada a estudiantes del secundario. En Facebook, la comisión de la Marcha denunció: “El discurso violento de esta persona va en contra de numerosos derechos humanos, e incita la discriminación y la patologización de las personas LGBTI. Tanto en sus charlas como en sus redes sociales, Amparo Medina promueve un discurso de odio declarando cosas como: ‘La homosexualidad es una herida que puedes sanar, pide ayuda’; ‘Durante todos estos años he acompañado a personas que tienen atracción por el mismo sexo, y tengo pacientes con incontinencia fecal después de una vida homosexual agresiva y violenta’; y ‘Según la izquierda y el feminismo radical: un travesti es una mujer’. Activistas feministas y LGTBIQ, organizaciones e instituciones de nuestra ciudad denunciamos que la mencionada actividad violenta numerosos derechos humanos por realizar apología al odio con motivos de orientación sexual e identidad de género. Hemos realizado esta denuncia frente al INADI, pero también entendemos que es responsabilidad del Ministerio de Educación controlar los contenidos de las charlas a las que asisten los estudiantes, razón por la cual hemos presentado dos notas dirigidas a la Ministra de Educación Balagué y al Secretario de Educación Oscar Dipaolo”.
Conciencia y Pro Vida Santa Fe, la Asociación que financiaba la visita de Medina, había elegido entre los colegios privados a las instituciones que iban a llevar a sus estudiantes a la charla. “No podíamos creer que expongan a los pibes a una situación traumática como esa. Una mujer que atacaba todos los derechos ya consagrados, que atacaba la identidad. Sobre todo en un momento en que muchos pibes y pibas están procesando ese tipo de cosas”, recupera Facu.
En su artículo 5 la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral determina que “Cada comunidad educativa incluirá en el proceso de elaboración de su proyecto institucional, la adaptación de las propuestas a su realidad sociocultural, en el marco del respeto a su ideario institucional y a las convicciones de sus miembros”. Desde esa fisura, las autoridades del Ministerio de Educación de la Provincia podían deslindarse de la responsabilidad de proteger el derecho de les educandes a recibir información y educación inclusiva, integral, laica y científica; aunque sí se aclaró que la actividad no tenía respaldo del Gobierno y que los contenidos, al menos para estudiantes, eran contrarios a las leyes vigentes.
Para reformar la Ley de ESI, en septiembre de 2018 se trató en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto redactado por el diputado José Luis Riccardo (UCR). Con amplia mayoría de las comisiones Educación y Mujer y Familia, Niñez y Adolescencia se firmó un dictamen que proponía, entre otros puntos, modificar el artículo 5 para eliminar las arbitrariedades institucionales a las que da lugar; y establecer de orden público y no de adhesión la ley, para impedir la discrecionalidad de las provincias respecto a su aplicación y su garantía de obligatoriedad. Grupos de derecha y religiosos -Con mis hijos no te metas y similares- salieron rabiosos por las redes sociales a difundir información falsa. “Es falaz que la ESI presente material pornográfico y que dicte talleres de masturbación como se enuncia en algunos contenidos que circulan por redes sociales”, declararon desde la Secretaría de Innovación y Calidad Educativa del Ministerio de Educación nacional al medio Chequeado, y confirmaron no haber recibido denuncias formales de que hayan existido casos de ese tipo en algún establecimiento educativo. El proyecto de reforma fue frenado en octubre por Cambiemos (CC-Pro y UCR).
En Santa Fe, la denuncia frente al INADI fue presentada por abogades y demás profesionales, personas y asociaciones civiles. Las charlas de Medina finalmente fueron suspendidas, aunque sin un comunicado oficial. Desde Santiago del Estero, el próximo destino de Medina en su gira del odio, tomaron contacto con algunes de les abogades para replicar la acción. Lele pone el acento en el saldo político de esa movida: “la red de contactos de todas las personas que militaban LGBTIQ en Santa Fe logró que se baje una actividad visiblemente antiderechos, fue la primera vez que hubo una faz reactiva. Que es lo que tienen las instancias de luchas en estos momentos, salir a responder frente a actos de discriminación”, destaca.
La militancia LGBTIQ santafesina se fue cohesionando en acciones como esa y en torno a distintas actividades. El 28 de junio de 2018, en el Día del Orgullo, se hizo la Marcha contra los travesticidios. “Nunca se había hecho y se logró gracias a toda esa capacidad organizativa y de pensar políticamente, que pone todo el tiempo en tensión la cuestión entre la vieja y la nueva política”, señala la Vicky. Esa potencia tiene que ver con abrir canales de diálogo necesarios entre quienes vienen de partidos o militancias barriales o directamente comienzan su participación política, entre distintas generaciones y posiciones de mayor o menor privilegio frente a la cisheteronorma blanca y capitalista.
En octubre del mismo año hubo que salir al cruce de otra actividad, una charla sobre “Ideología de género” que Chinda Brandolino iba a dar en el Hotel UNL ATE, promocionada por la Mutual España. No se canceló pero se logró que ATE no ceda sus instalaciones. Circuló un repudiado audio en el que Jorge Hoffmann se quejaba de que “se armó revuelo en el ámbito de la Mesa Ni Una Menos”, y se refugiaba en argumentos como que “nosotros hace más de 10 años organizamos un ciclo de cine para la comunidad LGTB” y “la primera marcha de los travestis (sic) partió de ATE y muchos jubilados estaban escandalizados”.
Ya empezado el 2019, el colectivo de la diversidad se encontró en un festival impulsado por la Corriente Nacional Lohana Berkins-Santa Fe para reclamar el cese de los crímenes de odio sobre los cuerpos de las personas LGBTIQ. Fue el martes 5 de febrero, a tres años del fallecimiento de Lohana, furia travesti, referente en la Argentina y la región, impulsora de la Ley de Identidad de Género. Desde Bulevar y Rivadavia salió una caravana con el lema “Existimos y reexistimos. Basta de odio” rumbo a la Plaza Pueyrredón, donde se celebró el homenaje con murga, drags, baile, choripanes y sobre todo, palabras de amor a la comandanta de las mariposas.
La Mesa del Orgullo
En agosto, después de la Marcha contra los travesticidios del último 28 de junio, se empieza a concretar la idea de armar la Mesa del Orgullo. Es un espacio distinto en objetivos y participantes al de las reuniones de la comisión organizadora de la Marcha; y llegando al fin de año la idea es constituirse como Asociación Civil. Buscan así “una herramienta para institucionalizar el colectivo y que aparezca como una referencia oficial, como un actor político y social que se planta frente al Estado y espera ser escuchado. No van a poder decir que no estamos organizados o que no tenían dónde acudir”, asegura Lele, queriendo que lo escuchen desde las gestiones de Perotti y Jatón que están a punto de desembarcar. Él va a ser secretario general y Facu va a estar en la comisión directiva.
La presidenta va a ser Josefina Zweifel, activista lesbiana y estudiante de Historia. Participa desde 2017 en la comisión de la Marcha. Explica que la conformación de la Mesa es producto de haber hecho una autocrítica de que “los derechos que consiguió el colectivo siempre fueron en unidad, y veíamos que para adentro estábamos muy fragmentados. Hay muchas grietas en el país pero hay una clara, la gente que está a favor de los derechos humanos por un lado y los antiderechos por el otro”.
Como se explicitó en el debate público por la legalización del aborto, en los últimos años y sobre todo durante el gobierno de Macri muchos discursos odiantes se han fortalecido en Argentina, con índices alarmantes de transfemicidios y olas de violencia en crecimiento. Esos sectores “han tenido el respaldo de muchos sectores de la política, algunos que incluso habitan la Mesa”, afirma Jose.
En cuanto a la representación parlamentaria del colectivo tras las elecciones, en Diputados sólo entró Leonardo Grosso, que salió del clóset el año pasado después de estar durante años en el Evita; y la única trans en las listas fue Paula Arriagada, en el puesto 10 de la lista del Frente de Todos de Ciudad de Buenos Aires, y no entró. Tal cual escribió Ileana Manucci en Periódico Pausa, “Es poco probable que entre los 257 diputados/as y los 72 senadores/as no haya más gays, lesbianas o bisexuales. Es casi imposible estadísticamente. Pero los prejuicios parecen estar, aún, muy arraigados en los máximos puestos de poder y seguir en el clóset parece ser lo más seguro y/o conveniente para muches”.
En Santa Fe, los pañuelos celestes tienen las seis bancas que ganó Amalia Granata y los casi seguros cargos de Capitani y Frana en el gabinete de Perotti. Jose es clara: “esa gente está donde está no sólo por armar una lista y tener los votos, si no que llega desde las estructuras de los grandes partidos. No hubo sector político que no haya transado a cambio de votos con personas que a nosotres nos detestan y nos quieren ver muertes, sobre todo para no enfrentarse con la iglesia evangelista que no por nada está avanzando en Latinoamérica, manejan gente y territorios y se mete a lugares donde la política no aporta soluciones”. Charco pregunta qué pasa cuando las personas LGTBIQ militan en las estructuras partidarias, y la referenta de la Mesa explica: “no somos tenides en cuenta como sujetas y sujetos que el día de mañana podemos ocupar lugares de poder”.
En la Mesa hay tintes de distintos partidos políticos, y les militantes quieren justamente militar pero también ser tenides en cuenta a la hora de pensar políticas sociales, de salud o educación; ser consultades, colaborar y laburar a la par pero también poner la cara a la hora de exigir cambiar la realidad. Se disponen a trabajar en tres comisiones: territorio, a partir de los datos del censo trans y de las organizaciones; educación, para abordar obviamente la ESI, problemáticas de salud y otras; y articulación con el Estado, para responder a las demandas del territorio. Hay docentes, estudiantes por recibirse y en centros de estudiantes que hace rato participan en charlas en institutos de formación, jornadas académicas, escuelas y espacios políticos; y también personas de la rama de la cultura, entre otros perfiles. Piensan en generar a futuro cooperativas de trabajo. Hoy la Marcha es casi totalmente autofinanciada con fondos que vienen, por ejemplo, de la Maricoteka.
“Travesti, pobre y Eva Perón son lo mismo”
Volviendo al 2018, militantes LGBT pidieron reuniones con concejalas y concejales para que el proyecto de cupo laboral trans no pierda estado parlamentario en el Concejo Municipal de Santa Fe. Desde la Municipalidad se planteó que para avanzar era necesario tener conocimiento sobre la cantidad de personas trans y sus condiciones de vida en la ciudad. Quienes estuvieron al frente de la gesta sentaron posición de que había que aprobar de manera urgente la medida en el recinto y a la par generar un instrumento de recopilación de datos, sin que eso sea condición para el cupo. Así salió la ordenanza y también se hizo el censo trans. Hubo encuestas y bola de nieve para llegar a la mayor cantidad de personas posibles en la ciudad capital.
Vicky explica que desde que está vigente en la ciudad, “el cupo funciona a través de un programa previo en el que se trabaja sin obra social ni aportes”. Para no resignarse al mal menor, piensa que “en la tirantez de esas nuevas y viejas políticas, hay discusiones que tienen que ver con abrir pequeños paraguas para protegernos eventualmente, pero que terminan por seguir reafirmando una misma problemática de fondo. Travesti, pobre y Eva Perón son lo mismo, entonces inevitablemente todas las que pudieran entrar iban a ser pobres, en algún momento pasaron por la prostitución y apenas pudieron terminar el secundario. De ser travestis desempleadas y prostitutas pasamos a ser travestis explotadas, y yo lo estoy diciendo desde un absoluto lugar de privilegio, lo que tenemos que hacer es abrir los diálogos necesarios para pensar no solamente qué tipos de políticas podemos construir, sino qué política pública queremos”.
En el momento de la entrevista, el cupo laboral trans todavía no era ley provincial. Ya se sabía cuál iba a ser la estrategia con la que finalmente se aprobó: en Senadores se redujo el porcentaje, del 10% al 5%, y el proyecto volvió a la Cámara de Diputados. El argumento fue la comparación con otros cupos, como el de discapacidad; y de paso algunos senadores se sacaron de encima la presión de aprobar la ley, que pesa sobre todo en legisladores del justicialismo desde sectores evangelistas y antiderechos. “Ya salió, nos estamos yendo a almorzar”, le anunció un diputado el jueves 31 de octubre al mediodía a la militancia reunida en la puerta de la Legislatura. Fue una fiesta.
Constantemente, las personas trans están en lucha por la visibilidad y aceptación de su identidad, contra violencias simbólicas y asesinas, y para que el Estado asegure condiciones dignas de vida. En medio de eso, las travas reflexionan: “nosotras no tuvimos dos grandes momentos de realización teórica, no tuvimos el momento de primero mostrar el horror que la heterosexualidad nos había provocado para después teorizar sobre eso. Estamos teorizando sobre eso entre tanto seguimos descubriendo cómo ese horror nos invisibilizó, nos asesinó, nos incineró a través de la historia. Donde vos estás leyendo sobre qué estamos teorizando las travestis, estás leyendo sobre cuáles eran los métodos específicos que tenían diseñados para nosotras en la primera instancia de la conquista. Es muy difícil trasladar ese bagaje a lo social”, dice Vicky.
Llegando a la Marcha del Orgullo 2019, con el cupo conquistado también en la provincia, queda luchar por la implementación real en ambos niveles. A días del recambio de las gestiones de gobierno después de 12 años, la principal consigna es exigir políticas públicas con inversión estatal para el colectivo LGBTIQ. Siguen los mismos reclamos de años anteriores, recargados y expandidos: aborto legal, seguro y gratuito; basta de femicidios, travesticidios, crímenes de odio, discriminación y violencia institucional; Educación Sexual Integral; nueva ley de VIH, ITS y Hepatitis; basta de ajuste y fuera el FMI, entre otros. La colectividad LGBTIQ nucleada en la Marcha y la Mesa del Orgullo observa alerta qué pasará con los programas que mal que mal estaban ahí y les funcionaries que están por reciclarse, con las continuidades de viejas formas de hacer política y las emergencias de la militancia disidente que lucha para ser otra humanidad.
Crónica de Agustina Lescano
Entrevista de Agustina Lescano y Gustavo Schnidrig
Foto de portada de Titi Nicola