Entre Villa California y Buenos Aires, nació The Unfortunate Numbers, un disco muy especial que unió a Juan Pablo Fernández (Pequeña Orquesta Reincidentes, Acorazado Potemkin) con Ivonne Van Cleef, un proyecto de culto emplazado en Rincón. Aquí el origen de esta aventura que todavía tiene mucho para dar. Escribe Juan Almará.
La historia de 13. The Unfortunate Numbers, es la historia de tantos senderos destinados a cruzarse por el arte y la música. De cómo el autodenominado oscuro western litoraleño de Ivonne Van Cleef (IVC de ahora en adelante) se encontró con Juan Pablo Fernández, compositor, cantante y guitarrista de Acorazado Potemkin y ex integrante de la mítica Pequeña Orquesta Reincidentes.
La historia de un disco que rumia y da vueltas sobre los números desafortunados, la mala suerte y las caídas. Textos sin principio ni final que atraviesan las canciones como una ráfaga de viento caliente. Historias que se cuecen al calor de una agobiante tarde de verano en San José del Rincón. Pero antes, eso: la historia.
Psicodelia rural y litoral
Ivonne Van Cleef es un proyecto que nació solista en 2017 y creció hasta alcanzar la modalidad orquesta. Con base en Villa California, llevan editadas múltiples producciones en formato discos de corta duración, en vivo, mixtape y singles. Todo su material está disponible solamente en Bandcamp.
En palabras de uno de sus creadores, el Gringo Lissi, “IVC surge como proyecto de composición y grabación solista, un registro de ideas, una entidad fantasma para hacer un archivo de canciones y experimentos que surgieron del ejercicio de improvisar y grabar. Con el transcurso del tiempo aparece la inquietud y la oportunidad de presentar estas creaciones en vivo, por lo que se forma un dúo, luego se incorpora un baterista, después un trompetista y ahora una chelista, lo que hace suponer que la formación nunca está cerrada”.
Esta elasticidad creativa les permite funcionar bajo diferentes tipos de formaciones que pueden variar show a show. A su vez, el proyecto también está integrado por Caleb R. K. Williams, quién desde Francia participa en las grabaciones como instrumentista, productor y ocupando otros roles.
Composiciones instrumentales, ambientaciones densas, acordes que se repiten como mantras, elementos electrónicos al servicio del viaje interior… Soundtracks para films oníricos e inmersivos. ¿Psicodelia rural? El Gringo intenta desanudar este laberinto y explica ”el género ‘psicodelia rural’ surge en Bristol (UK) a mediados de los noventa con los Flying Saucer Attack, una especie de shoegaze instrumental. Nosotros adoptamos esa definición un poco en broma y un poco en serio. Creemos que nuestra propuesta es rock instrumental que incorpora elementos de la música experimental y el arte sonoro hecho en la periferia de la ciudad y en las afueras del rock más clásico. La mayoría de las bandas piensa que su música es incatalogable, y por eso un poco la broma: ¿qué tag le ponés a tu proyecto, qué género musical? ¿Alternativo? ¿Experimental? ‘Yo siempre estoy haciendo un experimento’ dijo Melero. De todas maneras, para nosotros psicodelia rural es una especie de oscuro western litoraleño”, define.
Escondida, asomándose de a ratos, dando pistas en la oscuridad, la música litoraleña está presente en IVC. En ese sentido, Lissi afirma que “uno absorbe toda esa información que se mezcla con la influencia más rockera y, a pesar de que es difícil identificarla claramente en nuestras composiciones, se encuentra presente en la estructura de tiempo de algunas canciones, algunas progresiones e incluso en muchas cintas o loops. Lo último que experimentamos es hacer chamamé rebajado, una especie de copia al movimiento de cumbia rebajada pero con nuestra música litoral y también investigando más sobre la sachaguitarra de Elpidio Herrera”, explica.
–La fusión de diversos tipos de sonoridades es la marca distintiva de IVC, ¿cómo se formó esa identidad?
–Tiene que ver con que nuestra búsqueda siempre tiene una motivación en lo sonoro, la textura, el paisaje, la improvisación y no en la estructura de canción. Eso se suma a las herramientas que utilizamos como instrumentos de manufactura propia, equipos de grabación antiguos, instrumentos ejecutados de manera inusual. Siempre intentamos que cada integrante toque más de un instrumento en vivo, que cada uno sea un “hombre orquesta” con la atención puesta en lo sonoro.
Destinos cruzados
En algunas plataformas musicales se tejen redes que van más allá de la cantidad de reproducciones o las playlist generadas por el algoritmo. El encuentro de IVC con Juan Pablo Fernández tuvo mucho que ver con eso. Lissi recuerda el pasado cercano y comenta “soy muy fan de Pequeña Orquesta Reincidentes y Acorazado Potemkin, soy un fan de Juan Pablo. En mayo de 2021 publicamos Unleash the Hoof’s Revenge. Es un disco que tuvo bastante atención gracias a que fue publicado como Nuevo y Notable por Bandcamp, tuvo varias reseñas y buenas críticas. Por eso y gracias a las bondades de internet, Juan Pablo lo escuchó y me escribió un mensaje contando que le había gustado y que coincidía con su actual búsqueda. Para mi fue increíble: las canciones de Juan son parte de la banda sonora de muchos momentos de mi vida y de pronto, me escribe un mensaje con hermosas palabras. Fue un gran honor, una sorpresa para atesorar”.
–¿Cómo nació la idea de grabar un disco?
–En ese intercambio surge un ‘deberíamos hacer algo juntos’. No dejé pasar esa propuesta y le envíe unas ideas en las que estaba trabajando. Por suerte le gustaron y empezamos a laburar. Transcurría el final del aislamiento y, ese contexto sumado a la distancia entre el barrio de Flores (Bs As) y Rincón, nos llevó a trabajar separados. Juan no estaba interesado en participar con guitarra, compuso las letras en base a las ideas. Nos enviaba borradores de texto y pistas de voces que iba puliendo y nosotros hacíamos lo mismo con la música. Cuando la música estuvo terminada, nos preguntamos si registraría las voces en Buenos aires o viajaría acá. Finalmente viajó y terminamos grabando en Woodbox Estudio Sonoro, una lluviosa tarde santafesina.
El recuerdo de Juan Pablo es casi calcado al relato del Gringo, con algunos condimentos sobre el espíritu y la calidad de Ivonne Van Cleef: “Conocí a IVC por Facebook, amigos empezaron a postear sus discos y fue una sorpresa, me dio curiosidad. Hace mucho quería escuchar una música así, que se salga de la canción y que a la vez tenga algo de experimental pero hecha de la panza, que no sea cerebral, me gustó mucho, mucho y le empecé a escribir a esta señora que terminó siendo el Gringo Lisi. Le tiré unas flores y me las devolvió porque también le gustaba lo que yo había hecho en Reincidentes y Potemkin. Y le dije ‘bueno, cuando quieran hacemos algo juntos’. Y a los pocos días me respondió: ‘bajate esta carpeta, es un disco que acabamos de terminar, fijate si te animas a hacer algo, lo que quieras’. Y acá estamos”.
Atravesando capas de sonido (y más)
Sobre esos árboles,
sobre el temor,
sobre la inundación,
llovió.
Con esos párpados, gente sobre el muro
pidiendo que pare el muro y la defensa
Con ese espejo gigante
se vuelve a repetir
la misma marca de tierra en la pared,
el agua vuelve a hacer una raya
que tacha mi vida por la mitad.
Wild Horseback Chase – Ivonne Van Cleef & Juan Pablo Fernández
13. The Unfortunate Numbers supone una intervención sobre la propuesta original de IVC. Una mediación que se corporiza en Juan Pablo, que aporta su voz grave y profunda para narrar rupturas, quiebres y la búsqueda implacable de la redención.
El desafío de sumarse como cantante a un proyecto de naturaleza instrumental supuso un proceso de interesante resolución. Fernández asegura que “eso fue lo más lindo del trabajo. Ellos fueron muy generosos, mi aporte intervino sobre lo que habían hecho y a veces abrió cosas, y otras al contrario, las cerró. En algunos temas acompañé el clima abierto y en otros trabajé como si hubiera una estructura de parte a o b, estrofa o estribillo y compuse cosas que entendí podían funcionar sobre eso”.
No participar como invitado, sino sentirse un integrante más, fue la clave para que todo terminara de cuadrar: “Es una banda que tiene climas latiendo todo el tiempo, capas de sonido que van paralelas, roles que ocupan los instrumentos y las personas, y traté de ser uno más. Estoy muy contento con el resultado, lo escuché mucho y me encanta el sonido que quedó. Ojalá podamos seguir haciendo cosas juntos, hay un potencial de trabajo enorme y son hermosas personas”, espera Juan Pablo.
–Las letras son historias que atraviesan las canciones, muchas veces parecen fragmentos de narraciones más amplias, que se terminan circunscribiendo a la forma musical de cada tema, ¿cómo surgió esa forma de componer y pensarlas?
–Bueno, sí, es tal cual lo describís. Siempre trabajo antes las melodías e hice lo posible por encontrar la intencionalidad de la voz con un equilibrio en base a lo que proponía el texto. Y muchas veces pasaba eso, la historia de la letra estaba asociada a los títulos: el tren, los números de la suerte, un tiroteo en la calle. A mí me servía como punto de partida para contar algo que tenga algo contado y algo cantado. Buscar esa síntesis en la tensión que generaba la banda. Son muy buenos, y muy claros para componer, entonces enseguida encontré un lugar. Aunque parecía que estaba todo cerrado, yo tenía que hacerme un espacio y para mi fue algo totalmente novedoso, una forma de componer totalmente distinta.
Fechas y proyectos a la vista
En septiembre, 13. The Unfortunate Numbers vio la luz en vivo en Buenos Aires, en un recital junto a Sala de Máquinas, proyecto de Alejo Vintrob, ex baterista de la Pequeña Orquesta Reincidentes. Ahora, llega la hora de la presentación local con dos shows. El viernes 9 de diciembre a las 21:00 Juan Pablo Fernandez + The Ivonne Van Cleef Orquesta tocarán en el Centro Cultural Ochava Roma (Santiago de Chile 2696) con la participación XNIDA y un unipersonal a cargo de Melisa Malatesta. En tanto que el sábado 10 a las 21:00, será en El Jardín de los Presentes Casa Arte (Pje. Florida 1275) de San José del Rincón, con Zorro de Estrellas como invitados. Las entradas pueden adquirirse en ambos shows.
El futuro se ve más que prometedor. Juan Pablo se entusiasma y aventura nuevos trabajos conjuntos: “Varias canciones hubo que trabajarlas y ensayarlas mucho, porque se compusieron en portaestudio y no fueron tocadas por toda la banda. Así que cuando hicimos nuestro primer show juntos en Buenos Aires, algunos temas quedaron afuera. Ahora en Santa Fe, vamos a hacer un cover de la banda alemana Einstürzende Neubauten y el resto de las canciones del disco. Y todo indica que nos tomaremos un rato para pensar nuevas cosas juntos”, finaliza.