De vivir a las corridas. De correr frente a ti. Del deporte secreto. De correrse del medio si es necesario. De acabar. De no poder parar. De las cambiarias y de las otras corridas. Del trotecito y de las maratones. De correrse del todo.
De huir. De salir carpiendo. De un pique hasta la esquina. De la carrera porque sí, de la apuesta. Del test de Cooper. De la ergometría. De dejar todo atrás, tener todo por delante. Del colectivo que se va. De alcanzar a quien se fue, se acaba de ir, por allá, seguro que no está tan lejos. De correr para encontrar eso que pareciera que te están escondiendo. De no dar más de la ganas. De llegar antes de que cierre. De ir a la contra, ¿hasta cuándo? De llegar antes de que cierre los ojos.
De la necesidad de cansarse. De la necesidad de cansarse hasta que sólo exista el cansancio físico. De llorar por otros medios. De la necesidad. De correr con I can’t get no satisfaction sonando en los auriculares. De correr cantando y cantar corriendo. Del corre que te corre. De jugar con un perro. La cachada con sobris, con hijes. La mancha venenosa. Del impulso para saltar.
De llevar y traer. De correr la coneja. De cruzar la ciudad para entrar a otro trabajo, para entregar un CV. De llegar al acto escolar. De hacer todo para que te vea en el público y te sonría con la manito. De hacer todo para bajarle la fiebre. Del cagazo. Acortar las últimas cuadras oscuras. Entrar en calor cuando todavía no amanece. Correr hasta pasar el umbral de la puerta y sacarse los zapatos, el pantalón, el corpiño. Hasta volver a la cama.
Correr como el Casiperro del hambre de Graciela Montes, desde que naciste, para alguna vez poder sentir la satisfacción de la panza llena. De pasar la barrera. De comprobar el estado físico, la fuerza del corazón, la tesitura de los años. De comprobar que alguien se acerca demasiado. De saber que es un sueño, un loop que no para de repetirse. Del río que corre aunque parezca quieto. De las estaciones y los autos de carrera. De unas nubes sobre un cielo incandescente.
De correr y flashear videoclip. Correr y hablar sola, solo, sole, diciéndole a alguien una catarata de cosas. Del pensamiento que corre como una cinta transportadora en el cerebro, de cosas-que-debería-hacer y cosas-que-tengo-ganas. De la lentitud y la velocidad. De cuánto tiempo hay que esperar. De matar la ternura. De la melosidad que posterga el deseo. De lo que dura un finde en una casa extraña. De lo que parece eterno. De los imperativos de la juventud. De correr, correr, correr. De cuando ya no estamos para estos trotes. Del último trecho, que ya llegamos.