La gloria del eterno retorno, de la búsqueda incesante que lleva a sobreponerse de las fatalidades sanitarias y humanas, de las pérdidas y los cambios inesperados. En ese camino se encuentra la banda santafesina Hugo & Los Gemelos. Este es un itinerario que va desde AmaSonicamente, su última producción discográfica de 2019, a un presente prometedor, pasando por la incertidumbre que marcó a las últimas temporadas. Una reseña de Juan Almará.
Hugo & Los Gemelos han recorrido un camino singular dentro de la escena musical santafesina. Con un espíritu festivo y experimental, desde un principio dejaron en claro que lo suyo no soportaba ningún tipo de encasillamiento: música, teatro, cine y radio son algunos de los lenguajes que conviven en una puesta en escena dinámica, que se adapta tanto a festivales masivos como a presentaciones en bares y vecinales barriales.
Los personajes a los que da vida el performer Lautaro Ruatta, que tienen como eje el mítico Abuelo Hugo, enriquecen la propuesta al punto de haberse vuelto un elemento imprescindible en la vida del grupo. El resto de la banda, que despliega una instrumentación diversa y rica en texturas sonoras, se integra actualmente con Martín “El Brujo” Pedretti en voz, guitarra acústica y armónicas; Nicolás Bordón en bajo y coros; Facundo Gemignani en voz y ukelele; Lucas Fornillo en guitarra eléctrica; Bruno Gramaglia en batería; Nicolás Serrano en trompeta; Francisco Cecchini en saxo alto; Sebastián Villar en congas, bongó y accesorios y Carlos “Plinky” Baima en djembé y percusiones.
La foto de un instante
Con un fuerte acento puesto en el vivo (cada show posee características únicas e irrepetibles), pero sin descuidar la calidad de sus registros, editaron dos producciones discográficas: Esos que están en esa (2015) y el EP Olivar de Croa (2018). En octubre de este año llegó el turno de AmaSonicamente, un nuevo EP, con la particularidad de haber sido registrado durante diciembre de 2019 en Bangue Studio, ubicado en Taubaté, Sao Paulo. La gira internacional, que los llevó al Festival Geleia, fue la excusa para ingresar al estudio y capturar cuatro composiciones que respiran latinoamérica por todos sus poros. Este registro pre-pandémico conserva el espíritu del momento, en gran parte debido a que fue grabado durante una jornada en sesión conjunta de toma directa. Detrás de la consola se dieron el lujo de tener a Taian Cavalca Dini, ingeniero que grabó entre otros, al cantautor canadiense Mac de Marco.
Repasando ese momento en la historia del grupo, Martín Pedretti reflexiona y recuerda: “una de las cosas que evocamos, más aún con este contexto post pandémico, es el instinto de supervivencia. En ese momento vivimos dos bajas muy grandes. El tour en el que grabamos el EP fue solo musical, sin la parte actoral. Y además estábamos cambiando a un integrante fundador, fue un proceso muy difícil. Las canciones eran muy nuevas en cuanto a la creación, con pocos ensayos y un nuevo miembro. Y ese instinto nos llevó a grabar todo en una sesión única de trece horas y tocando juntos. Ahí entendimos que la banda funciona en un estado de presente puro. En ese terreno es en el que mejor podemos resolver las cosas de una manera genuina y sustentable. En tiempos de virtualidad, autotune y transhumanismo, no deja de ser una declaración del estado puro y natural humano”, puntualiza.
Pasos en la selva
Crystal Palace da inicio a la aventura, con un bolero tapatío (gentilicio que refiere a su origen en Guadalajura, México) en el que la voz de Martín Pedretti flota en el sueño de una noche de verano tropical. La letra se hunde en un viaje profundo en el que el destino errante constituye la verdadera senda: “Caminando al costado del día / Navegando sin orillas / Se me suben las olas arriba / De la rueda de la deriva” La delicada percusión y las tradicionales melodías del género sostenidas por el ukelele, terminan de conformar el clima adecuado para la composición. La canción avanza con la cadencia de un atardecer veraniego y culmina con los versos que refuerzan el estado onírico de la composición: “Cuando parece que todo es recuerdo / a veces vuelvo a descender / sueño que el presente es eterno / siempre es eterno / dónde nos encontremos”
Equilibra se eleva sobre un formato de canción pop-rock tradicional, pero sin abandonar el clima de ensoñación que se mantiene a lo largo de todo el EP. Está presente la influencia de clásicos del rock argentino, principalmente en el solo de saxo que le da cierre al tema. La lírica apuesta una reflexión en torno a la necesidad de generar vínculos emocionales sanos, desde la cultura de la paz: “te prometo desde hoy / no tenderte nunca más trampas de amor” y “equilibrar entre lo que se quiere y lo que se necesita”
Kukulcán (El retorno de la Serpiente Emplumada) retoma la mitología presente en muchos de los pueblos indígenas mesoamericanos, concretamente el de la deidad-ofidio que controla los elementos y se mueve por la tierra cubierta de plumas. Pedretti se pone en el cuerpo de un profeta que vocifera sus verdades al viento, con una base punk-rock y una marcada percusión tribal. El carácter augúrico del mensaje se potencia con la reivindicación de los movimientos sociales de la región: “A la orilla del poniente del Monte Aconcagua / donde el cóndor y el águila se vuelven a enfrentar / serpenteante en la Alameda se alza el pueblo del libre”.
El EP culmina con el instrumental Afrodite, una oda al baile que mixtura percusión afro, melodías de cumbia y reminiscencias arábigas, que crece con los vientos que se suman en su recta final.
La imagen de portada toma como base las obras “El Sueño” y “Jardín de Ensueño” de Henri Rousseau, poniendo al Abuelo Hugo en reemplazo del pintor francés con su mandolina, montado sobre un tigre salvaje. Pero no se trata de un simple retoque digital, sino de una nueva composición que toma otras imágenes y reconstruye al célebre escenario del artista naif bajo una gama de colores más oscuros: la luna brilla en el fondo de la escena y la flora parece volverse más densa. Este montaje funciona a modo de síntesis y puerta de entrada el EP: Hugo y los Gemelos, a punto de sumergirse a una jungla musical e irreal, cargada de intensidad y búsqueda.
Retomando la senda
A tres años de ese momento, y luego del obligado freno que el coronavirus impuso a la actividad cultural, con sus idas y vueltas, Hugo & Los Gemelos busca reconstruirse para seguir adelante. Analizando las consecuencias del impasse de los últimos tiempos, Martín expresa que “el presente tiene dos caras: por un lado una cuestión agridulce. El impacto de la pandemia en los aspectos psicológico, social y económico en los conciertos es muy fuerte. Lo notamos en una reducción de hasta el 50% del público que manejábamos. Para una banda numerosa como la nuestra, es fatal. Pero también se produjeron muchas inyecciones de fomento. Particularmente recibimos un incentivo desde el Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA): ganamos una convocatoria para concretar giras y eso nos permitió armar por primera vez un circuito de shows y presentar este material en destinos como Reconquista, Rafaela, Chaco, Formosa y Paraná”.
En este escenario, el 11 de marzo, tuvieron la oportunidad de llevar su particular espectáculo al Teatro 3 de Febrero de Paraná. Rememorando esa experiencia cercana, Martín asegura que “hicimos el show más largo de la historia, con una lista de temas muy extensa. Pusimos mucho en la parte escénica y actoral y tuvimos un invitado de lujo como el músico, intérprete y compositor Gari Di Pietro. Tenemos una amistad y una complicidad muy grande con él. Son ese tipo de shows para verlo sentado. Y tuvimos una hermosa respuesta del público”, finaliza.