Más de 30 proyectos artísticos y culturales aguardan desde diciembre que el municipio abone el financiamiento del programa. El contexto de pandemia y aislamiento empeora la situación de un sector que vive un “presente paralizado”. Qué es el FEICAC y qué se pierde la ciudad mientras se dilata su pago. Por Ramiro García.
La sigla no integra el vocabulario corriente de Paraná, todavía. No ha sido mencionada muchas veces en discursos políticos de los últimos años, ni reproducida con insistencia en la publicidad oficial, ni ha ocupado mucho espacio en la agenda pública. Sin embargo, las y los artistas, gestores y trabajadores de la cultura defienden con firmeza el concepto que encierran las seis letras, porque ante la pregunta ¿qué es el FEICAC? una de las respuestas más reiteradas es: la única política pública participativa y estable para la cultura en Paraná.
Se trata del Fondo Económico de Incentivo a las Culturas, las Artes y las Ciencias. Fue creado por ordenanza y promulgado por decreto en 2006, durante la segunda gestión de Julio Solanas, y otorga fondos anuales, en parte propios de la Comuna, y de manera fija para financiar proyectos y emprendimientos culturales y científicos. Así, a diferencia de la mayoría de las políticas culturales municipales, no depende de la voluntad o predisposición de cada gestión que asume la jefatura comunal cada cuatro años. O no debería depender, si se cumple con la ordenanza nº 8595.
Pero su letra ha sido interpretada de manera muy flexible e incluso olvidada durante varios períodos. En el mandato anterior, la gestión de Sergio Varisco, después de incumplir la ordenanza en sus primeros años, resucitó al FEICAC en 2018. Distribuyó unos cuatro millones de pesos entre los 30 proyectos “ganadores”. Así se los nombra porque antes de recibir el financiamiento las iniciativas son evaluadas y seleccionadas por un jurado. De hecho, oficialmente suele anunciarse la entrega del FEICAC como un “premio”.
Ocho meses de espera
En 2019 la Secretaría de Cultura, cuyo mandato 2015-2019 será recordado (solamente) por haber estado a cargo de la madre del intendente, Magda Varisco, convocó nuevamente a la presentación de proyectos para el FEICAC. Los “ganadores” fueron anunciados oficialmente el 9 de diciembre, a horas del final del gobierno de Varisco. Fueron 29 iniciativas jerarquizadas por orden de mérito y agrupadas en las categorías que dispone la ordenanza para microemprendimientos, emprendimientos y proyectos.
“Toda la documentación fue ingresada por la Dirección de Mesa de Entradas de la Municipalidad el día 20 de noviembre de 2019, encontrándose a la fecha en la Secretaría de Hacienda para el proceso de pago”, indicó el Consejo de Administración del FEICAC en su informe publicado el 9 de diciembre.
Este jueves, ocho meses después del anuncio, los proyectos beneficiarios todavía esperan que termine ese “proceso de pago” de la secretaría de Hacienda. No lo aguardan en la quietud. Las gestiones y reclamos vienen sucediéndose, aunque hasta ahora sin respuestas positivas de parte del municipio.
¿Cuánta plata es? 4.596.113 pesos, adeudados a 35 proyectos que requieren fondos de magnitud muy diversa, desde 18.700 pesos hasta 455 mil.
“Se debe el total en todos los casos, ninguno ha recibido ni una parte de los montos”, precisa María Laura Haimovich, Malala, coordinadora de Trama-Paisaje Cultural. Su proyecto espera los fondos necesarios para su segunda etapa y continuar con el circuito de lugares emblemáticos del arte y la cultura de Paraná, donde se instalan baldosas con códigos QR que brindan información que identifica a cada estación. “Gracias al FEICAC pudimos desarrollar la primera etapa en una convocatoria anterior. El Fondo es una herramienta muy valiosa, que permite la producción de objetos y acciones culturales con proyección social. Abarca líneas de trabajo muy interesantes que influyen directamente en la producción cultural de la ciudad, principal beneficiaria de todas las iniciativas. Pero necesitamos que se cumpla”, sostiene la titular de Trama.
El 18 de junio la Asamblea por el derecho a la Cultura de Paraná elevó una nota al intendente Adán Bahl en la que le solicitó el pago a las iniciativas seleccionadas en diciembre. El viernes 3 de julio dos responsables de proyectos fueron convocados a una reunión al municipio, cuyos resultados no destrabaron el reclamo. La Asamblea publicó esta semana un documento en el que exige: “que se comunique oficialmente al total de los beneficiarios los pasos a seguir y dar una pronta resolución de la problemática, con un cronograma que respete la 0rdenanza 8595, la urgencia de la situación y el pago efectivo de lo adeudado”.
“Las gestiones municipales tienen la responsabilidad legal de cumplir con la partida propia y un funcionamiento anual del FEICAC”, insiste Malala.
Cultura, para qué
¿Qué hace posible el FEICAC? Algunos de los proyectos que esperan la liberación del presupuesto municipal consisten en: capacitaciones en oficios artesanales y en producciones agroecológicas; obras y ciclos de teatro varios; emprendimientos como revistas, ciclos de poesía urbana o impresión de postales; difusión ciudadana de ciencias y artes; ciclos musicales diversos, desde freestyle hasta folclores latinoamericano, litoraleño y cumbia; intervenciones artísticas y performances urbanas. Estos y muchos más están truncos mientras se aguarda el financiamiento.
Experiencias de años anteriores quizás sirvan para conocer el impacto real y concreto de este financiamiento público. María Eugenia Figueroa, Maru, es música, docente universitaria y de nivel medio e integrante del movimiento De Costa a Costa. Con este colectivo se presentaron al FEICAC 2015, ganaron y editaron el Cancionero De Costa a Costa Volumen 01-. “Tiene casi 50 composiciones de distintos autores de casi toda la provincia y de varias épocas. No existían en papel y creamos las partituras por primera vez. Es un registro que permite conservar, resguardar el patrimonio de la música de transmisión oral”, explica Maru.
Cuenta que con los fondos municipales pudieron imprimir “solamente 50 ejemplares”, y pagar honorarios de los terceros involucrados en el proyecto, que no eran integrantes del movimiento: diseñador gráfico, imprenta y registro de propiedad intelectual. El presupuesto fue de 50 mil pesos, “lo máximo que otorgaban en ese momento a nuestra categoría”, recuerda.
El libro circuló por toda la provincia y sus editores dieron capacitaciones para utilizarlo en contextos educativos, en conjunto con la UADER. “A partir de la creación de este material nos hemos podido poner en contacto con un montón de personas que quieren formarse en música popular folklórica e incrementar sus herramientas didácticas para transmitir esa música”, valora Maru. Y revela que llegaron a fotocopiar sus propios libros para venderlos apenas encima del costo y juntar fondos que permitan otra edición. “Imprimimos una segunda tirada para venderlo, que ingrese algo de plata e imprimir más. Hemos vendido más de 500”, resume. Luego lo digitalizaron y pusieron a disposición para descarga gratuita en la página web de De Costa a Costa.
“Dudo de que lo hubiéramos podido concretar sin el apoyo del FEICAC. Te obliga a cumplir plazos, a concretar un proyecto y te da el presupuesto mínimo e indispensable para llevarlo adelante. Entiendo que hay proyectos que se van a quedar truncados si no cuentan con ese presupuesto”, sugiere la editora del Cancionero Entrerriano.
Franco Giorda integra dos proyectos que financió el fondo especial municipal. Uno es el libro Huellas en la piel de la ciudad, que realizó con Pablo Russo y Manuel Siri. Es un libro de fotografías con una selección de esténciles en paredes de Paraná. “Es un tipo de expresividad que tiene lugar en el espacio público y connotaciones artísticas, técnicas y políticas. Lo realizamos en el marco de la revista 170 Escalones, donde ya veníamos haciendo este trabajo pero en soporte digital. El Feicac permitió concretar un producto editorial”, dice Franco. El libro fue presentado y tuvo su circulación comercial, pero además sus autores lo donaron a las bibliotecas públicas de Paraná y a algunas instituciones educativas, secundarias y facultades. También se exhibió como muestra de fotos en el Museo de Bellas Artes, en escuelas y en la Unidad Penal local.
Franco, como Malala Haimovich, también participó de Trama, el proyecto de las baldosas con códigos QR. En la primera etapa, sustentada con el FEICAC, colocaron cinco. “Una dedicada a Juan L Ortiz frente a la casa en la que vivió la mayor parte del tiempo en Paraná; dos en la plaza Sáenz Peña: una dedicada a Amanda Mayor al lado del Monumento a la Memoria y otra dedicada al escultor Israel Hoffman al lado del busto de Sáenz Peña; una en el Centro Cultural Gloria Montoya, que permitía el acceso a las producciones de ella; y la del ‘Zurdo’ Martínez frente al río, en la Costanera, en un lugar que él frecuentaba y de donde salía con su canoa”, enumera Franco.
El gestor cultural y docente universitario de la UNER agrega que el proyecto incluye el desarrollo de una página con mini biografías, imágenes, video y música vinculados a cada artista, “para quien pase por ahí y, si le genera curiosidad, pueda acceder a esa información al leer ese código QR con el celular”.
Además de la segunda parte de Trama, Franco, dentro de un equipo interdisciplinario, espera que se destraben los fondos del FEICAC 2019 para concretar otro proyecto seleccionado: el Mapa de las Artes. Consiste en “un mapeo digital con links que permitan conocer piezas artísticas en las que se mencionan diferentes lugares de la ciudad. El ejemplo más fácil, Puerto Sánchez, y que suene la canción, pero hay muchas poesías, obras plásticas, que refieren a muchos lugares”, explica.
“El Feicac es fundamental para estas iniciativas, en general muy creativas y de gran calidad, que de otra manera no tienen lugar. Son pérdidas si no se pueden ejecutar: a nivel de la cultura y la identidad, que en definitiva son lo que destacan a una sociedad, a un pueblo”, advierte el periodista de 170 Escalones.
“Presente paralizado”
La falta de pago del FEICAC se produce en un momento de emergencia para la comunidad artística y de labor cultural, habituada a congeniar con dificultades para vivir en base al reconocimiento de sus oficios o profesiones. La preocupación es remarcada por Malala Haimovich, que asegura que “el sector cultural es uno de los más afectados y está en una situación de clara emergencia” y observa que “requiere del desarrollo de políticas específicas que alienten la actividad”. Y también por Franco Giorda, que insiste en que “cobrar el FEICAC en estas condiciones es muy importante, porque el sector cultural es uno de los que más sufre el aislamiento y la cuarentena, al no poder desarrollar muchas de sus actividades. La llegada de estos fondos permitiría, por lo menos, la reactivación de una parte de los proyectos”.
“El contexto de crisis y de pandemia dificulta todas las actividades y los recursos son escasos, pero de todas maneras los beneficiarios no son los culpables de esta situación”, opina el comunicador social y aporta otra inquietud que se agrava con el paso del tiempo: “los valores originales de los proyectos deberían cobrarse actualizados, porque han transcurrido muchos meses, ha habido inflación, y lo que fue presentado el año pasado hoy no alcanza”.
Las 200 personas, aproximadamente, afectadas por el incumplimiento de la ordenanza del FEICAC son apenas una parte de la comunidad artística y de gestión cultural que vive penurias desde el 20 de marzo cuando se decretó la cuarentena por el coronavirus y se suspendieron, hasta ahora sin retorno, los espectáculos públicos. Desde entonces unas pocas iniciativas han podido llevarse a cabo, en aislamiento y de forma virtual, y casi ninguna con posibilidades de ingresos para sus realizadores.
Mediante la autogestión, la Asamblea por el Derecho a la Cultura de Paraná organizó una colecta de aportes voluntarios y solidarios destinados a trabajadoras y trabajadores del arte y la cultura que no reciben ninguna asistencia económica del Estado nacional y que incluso “no pueden cubrir las condiciones básicas para sobrevivir” a la emergencia sanitaria.
“El permanecer en ‘nuestras casas’, obligó a una comunidad que navega la precariedad laboral de la manera que puede a quedarse absolutamente sin ningún tipo de ingreso”, afirmaron al difundir la colecta.
Con la iniciativa comunitaria y organizada lograron colectar 48 mil pesos, que fueron compartidos, a principios de abril, en forma equitativa por 27 trabajadoras y trabajadores de la cultura de Paraná. Asimismo, se juntaron unos 20 bolsones de alimentos secos y frescos, con el mismo destino.
En paralelo, sendas notas fueron elevadas desde la Asamblea a la secretaria de Coordinación Estratégica de Paraná, Camila Farías, y la secretaria de Cultura de Entre Ríos, Francisca D´Agostino, para alertar que “tiende día a día a agravarse” la situación de artistas independientes, que sin “ningún tipo de asistencia por parte del Estado”, pedían la implementación de ayudas a la comunidad particular. Sugerían que “los contratos, ayudas y fondos gestionados por artistas independientes y que quedaron congelados frente a la implementación de la cuarentena se efectivicen a la brevedad”. Las notas fueron respaldadas, virtualmente, por 225 trabajadoras y trabajadores de 14 localidades de la provincia.
Una semana después, la Asamblea publicó un comunicado dirigido, a través de las redes sociales, al intendente Adán Bahl. Advertía la demora en los pagos de trabajos realizados durante la temporada estival en los programas municipales Activá Verano, Carnavales y La Fiesta del Mate, como también “el considerable retraso en el pago del Feicac”.
El comunicado indicaba que el vínculo con la cultura local “no es el de una productora de eventos”y ponía a disposición a la Asamblea para “contribuir con ideas y a pensar medidas para encontrar una salida rápida, justa y merecida ante un presente paralizado”.
El 7 de abril, hace tres meses, la subsecretaria de Cultura municipal, Carina Netto, anunció en el programa radial A quien corresponda, de radio de La Plaza, que “entre esta semana y la otra se estaría abonando toda la deuda que tiene el municipio con los trabajadores” y adelantó que estaba preparando para presentar “un nuevo proyecto a raíz de esta situación de emergencia”.
Desde Charco intentamos comunicarnos con Netto y Farías, sin lograrlo, y consultamos a dos fuentes municipales para obtener alguna explicación o precisión sobre la demora en el pago del FEICAC y las fechas estimadas para su cumplimiento. En ambos casos las respuestas fueron extraoficiales. “Ese tema está en revisión” y “está complicado, la semana que viene se tendrán novedades”, contestaron.
Después del cierre de este informe, la secretaria Farías respondió a nuestras consultas y afirmó: “la verdad es que esa plata no está. No hubo partida presupuestaria y con un decreto del 12 de noviembre de 2019 se suspendieron todos los pagos de subsidios a privados. Estamos trabajando para poder solucionarlo”.
Para ver el orden de mérito del concurso 2019, así como el monto adeudado a cada proyecto, acceder acá.